Es sabido que el ejercicio físico (junto con una buena alimentación) es la clave de una salud fuerte y la prevención de muchas enfermedades. Hoy venimos a hablaros concretamente del entrenamiento de fuerza, que ha ganado mucha popularidad recientemente (¡y nosotros nos alegramos!). Además, os explicaremos lo beneficioso que es combinar una buena nutrición con la actividad física y el deporte.
¿Qué es y en qué consiste el entrenamiento de fuerza?
Este tipo de rutina es bastante diferente al entrenamiento aeróbico o de resistencia, y se basa en la capacidad que tienen nuestros músculos de activarse y producir tensión.
Hay cientos de disciplinas y materiales con los que poder entrenar fuerza: barras y discos, kettlebels o pesas rusas, mancuernas clásicas, gomas, nuestro propio cuerpo y las máquinas del gimnasio. Por lo general, este tipo de rutinas de fuerza se agrupan en series y repeticiones.
Beneficios del entrenamiento de fuerza:
Como cualquier actividad física, las rutinas de fuerza aportan una larga lista de beneficios para quien lo practica. Te contamos las más importantes:
- Reduce el riesgo de aparición de enfermedades como la osteoporosis o patologías cardiovasculares.
- Ejerce un efecto regulador sobre la insulina, mejorando su sensibilidad y previniendo la aparición de diabetes tipo 2.
- Es un excelente remedio anti-estrés, y además, favorece la liberación de endorfinas, que influyen muy positivamente en el estado de ánimo.
- Previene lesiones articulares y óseas: nuestra musculatura hace las veces de armadura, y cuanto más fuerte sea, más protegidos estaremos ante este tipo de incidentes.
- Nos ayuda a quemar calorías: el músculo es un tejido metabólicamente muy activo, y si lo estimulamos, se generará un gasto energético notable.
Entrenamiento de fuerza en mujeres: ¿si o no?
¿Por qué las rutinas de fuerza han estado hasta hace muy poco relacionadas exclusivamente con el sexo masculino a pesar de todos los beneficios que acabas de leer?
Esa es la pregunta del millón, y probablemente se deba a la falsa creencia de que las mujeres se ponían demasiado musculadas al realizar estos entrenamientos, algo considerado «antiestético» antaño.
Realizar una rutina de fuerza combinada con sesiones de ejercicio cardiovascular no crea una musculatura digna de un dios del Olimpo. Las mujeres producimos menor cantidad de testosterona que los hombres, y por ello nos cuesta mucho más desarrollar la musculatura.
Ejercicio y alimentación: la simbiosis perfecta
Tanto realizar actividad física de forma regular como comer saludable son muy beneficiosos para la salud a todos los niveles. Si por separado son eficaces, ¿te imaginas en conjunto?
Descubre en nuestro blog todo tipo de consejos aportados por nuestra nutricionista, además de recetas saludables dulces y saladas.